Las elecciones no las ha ganado el PP, las ha perdido el PSOE.

  1. Sube Izquierda Unida

Estas elecciones han supuesto una recuperación del voto para Izquierda Unida, que invierte la tendencia a la baja desde 1996 y consigue sus mejores resultados desde esa fecha, con 11 diputados (3 por Madrid, 3 por Cataluña (Iniciativa per Catalunya), 1 por Sevilla, 1 por Málaga, 1 por Asturias (Llamazares) y 1 por Zaragoza (coalición con Chunta Aragonesista) y 1 por Valencia. En todo el estado sube más de 700 mil votos manteniéndose como tercera fuerza política con 1.680.810 votos. Señalar que con un reparto justo de los diputados en función de los votos obtenidos, IU tendría en estas elecciones 25 diputados.

  1. Un gobierno de la derecha significa ataques a los derechos de los trabajadores

Sin embargo, todo no han sido buenas noticia en estas elecciones. Tal y como pronosticaban las encuestas, el Partido Popular ha ganado por mayoría absoluta con 186 diputados. El próximo gobierno del PP tiene mayoría parlamentaria suficiente para aprobar el programa de reformas y ajustes que exigen los mercados, la banca y las grandes empresas. Nada más ganar las elecciones, al día siguiente ya podíamos ver en la prensa internacional y nacional las urgencias de la canciller alemana, Angela Merkel y la confederación de empresarios para que de manera inmediata se acometan “las reformas necesarias” para rebajar el déficit público, condición que ponen los capitalistas para seguir prestando dinero al estado español. Esto significa que el gobierno del PP va a profundizar en la política de recortes sociales, educativos, sanitarios, en la cobertura por prestaciones al desempleo, abaratando aún más el despido, acabando con la negociación colectiva, etc. Y todo esto mientras se mantiene una fiscalidad privilegiada para las grandes corporaciones empresariales, se privatizan los servicios públicos y se sigue trasvasando dinero público a las manos de empresarios y banqueros. Las durísimas nuevas medidas de ajuste del gobierno CIU en Cataluña, apenas un día después de las elecciones, marcan el camino de lo que nos espera con el PP, que es el único partido que las ha apoyado. El capital ya tiene su gobierno en España para defender, de manera más firme y coherente que el gobierno PSOE, los intereses de los ricos, algo que sólo puede hacerse reduciendo el gasto público y atacando los derechos de los trabajadores.

  1. El papel de los diputados de Izquierda Unida

Precisamente este escenario de ataques a los derechos sociales y el estado del bienestar, que no tardarán en ponerse en marcha, debe encontrar en los parlamentarios de IU una oposición frontal. Nuestro objetivo en el Parlamento es utilizar esta tribuna para desmontar los engaños con los que se pretende justificar las reformas y recortes, los llamamientos a que “todos tenemos que hacer sacrificios para salir de la crisis”, “a que tenemos que recortar el nivel de vida porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” o que “no hay dinero para mantener los servicios y las ayudas públicas”, ¡sí hay dinero, lo tienen los bancos, los fondos de inversión y las empresas multinacionales, es decir, los mayores responsables de la crisis económica!. Lo utilizan para especular y aumentar sus ganancias o lo tienen depositados en los paraísos fiscales para no pagar impuestos al estado. Los trabajadores, nada tenemos que ver con estos argumentos ni estamos interesados en salvar un sistema económico y político, el capitalismo, que no ofrece más que opresión y sufrimientos a la mayoría de la sociedad mientras una minoría de poderosos sigue enriqueciéndose y dispone sobre nuestro futuro y nuestras vidas. Hay que desmontar estos engaños y explicar el carácter de clase de los gobiernos burgueses y del parlamentarismo burgués, instrumentos de los mercados y del capital para garantizar sus intereses. Todas estas medidas y llamadas patrióticas a “la unidad, a aunar esfuerzos” para “salvar el país”, para “salvar el euro”, no pretenden otra cosa que salvar los beneficios de la banca y los grandes empresarios a costa del conjunto de la población. Esta es una tarea muy importante, pero la necesaria labor en las tribunas parlamentarias es impotente si no está ligada y subordinada al trabajo en la calle. En los tajos, en las fábricas, interviniendo en los despidos, en los ERES y en los conflictos laborales, en las universidades e institutos, junto a profesores y alumnos, defendiendo la calidad y más fondos para la enseñanza pública, con la juventud, junto al movimiento 15-M, en las asociaciones de vecinos y en las barriadas obreras, aprovechando cualquier reivindicación, cualquier lucha por mejoras concretas para ponernos al lado de las familias trabajadoras y demostrar en la práctica la utilidad de los diputados de IU, cómo nuestro discurso combativo y anticapitalista se corresponde con nuestros actos. En definitiva, organizando, convocando y liderando las luchas políticas y sindicales que van a venir como resultado de los planes de ajuste que la derecha tiene preparados. Como en el pasado, estas políticas no se pararán en el Parlamento, sino en la calle. Y ahí es donde deben orientarse los esfuerzos de nuestra organización, los diputados de IU y el conjunto de sus cargos públicos.

  1. La victoria del PP no representa un giro a la derecha en la sociedad española

Aunque los medios de comunicación pretendan dar una imagen de un PP pletórico, de una victoria abrumadora y de que el pueblo confía en el “proyecto” del PP para sacarnos de la crisis, estas son afirmaciones que hay que matizarlas y contrastarlas con los datos concretos de las elecciones. No hay que dejarse impresionar con los 186 diputados del Partido Popular. Decir que el PP sólo ha conseguido algo más de medio millón de votos más que en las anteriores elecciones (10.278.000 en 2008, frente a 10.830.000 en 2011). Teniendo en cuenta que el PSOE pierde casi cuatro millones y medio de votos, esto nos indica que ni el PP ha recogido el malestar y la insatisfacción de estos votantes, ni los datos de aumento de votos permiten decir que la derecha ha ilusionado a la sociedad española, especialmente a los trabajadores. Así, por ejemplo, IU y UPyD, que aumentan su apoyo electoral en 700 mil y 800 mil votos respectivamente, suben más que el PP en estas elecciones. Hay que resaltar que difícilmente, la derecha va a encontrar unas elecciones más propicias para sus intereses, con un gobierno socialdemócrata completamente desacreditado, con un candidato socialista que no podía esconder su participación en este gobierno, con cinco millones de parados y en medio de una recesión económica a los que los socialistas han respondido con impopulares recortes laborales, en el sistema de pensiones, etc. Y aún así, sus resultados demuestran que los populares han tocado techo, que sólo han ganado una pequeña porción de votos y que, desde luego, la mayoría de los trabajadores y trabajadoras que han abandonado el voto socialista no han votado a la derecha sino que se han abstenido o han votado a la opción más a la izquierda, como Izquierda Unida, o los liberales de UPyD de Rosa Díez. Por último resaltar que si prescindimos de la Ley D’ont, y cada diputado se obtiene según el número total de votos sumados en todas las provincias, ¡El PP tendría 166 diputados!. Ni siquiera conseguiría la mayoría absoluta. Esta es la “gran victoria” del PP, sustentada en su tradicional base social, las clases altas y las capas medias. De ninguna manera la sociedad española ha girado a la derecha. La juventud y los trabajadores del estado español son muy conscientes de lo que significa un gobierno de la derecha y todo indica que, mayoritariamente, ni han votado al PP ni tiene confianza en el gobierno que forme.

  1. Debacle del PSOE

El Partido Socialista obtiene los peores resultados de su historia. Pierde casi 4 millones y medio de votos y 59 diputados. En Cataluña, los resultados han sido catastróficos, han perdido 11 diputados y más de 800.000 votos. En Andalucía, otro de los graneros tradicionales del voto socialista, pierden 750.000 votos. Y no menos espectacular es el varapalo que el PSOE recibe en Madrid, donde pierde más de 500.000 sufragios. Sin embargo, como hemos visto, no se ha producido un corrimiento decisivo de este voto hacia la derecha. Esta es la clave para entender los resultados de estas elecciones. Lo que ha propiciado la mayoría del PP no es la atracción de votos y confianza hacia una alternativa de derechas sino el hundimiento del voto socialista. De hecho, son las políticas de ajuste que el PSOE ha defendido ante la crisis, las que han allanado el camino del PP a la Moncloa. Las elecciones no las ha ganado el PP, las ha perdido el PSOE.

Para hacer un balance de las causas de este desastre, sin duda hay que partir de la crisis económica y sus terribles consecuencias entre los trabajadores y las capas medias. Pero el análisis no puede quedarse ahí, como lamentablemente están haciendo los jefes socialistas, los mismos que han diseñado la política que les ha llevado a una estrepitosa derrota. Las causas determinantes hay que buscarlas en la política de recortes, de sumisión a los mercados, a los intereses de los bancos y de las grandes empresas que ha protagonizado el gobierno socialdemócrata de Zapatero (donde, no lo olvidemos, estaba Rubalcaba) en respuesta al recrudecimiento de la crisis. En lugar de atender de forma consecuente con los valores de la izquierda las reivindicaciones de los parados, de los despedidos por centenares de empresas, de los desahuciados y los hipotecados, de los jóvenes sin trabajo y sin futuro, el gobierno socialdemócrata se ha puesto en manos del capital, actuando en interés de la banca y las grandes empresas. A esta política liberal y procapitalista es a la que han dado la espalda centenares de miles de jóvenes, trabajadores, y pequeños autónomos, negando su voto al PSOE, pero eso sí, su fidelidad a la bandera de la izquierda es tal que la mayoría ha preferido la abstención o girar a una opción más a la izquierda, como IU, antes que entregar su voto a la derecha. ¡Qué maravillosa lección de la que deberían de aprender los líderes socialistas, si es que realmente quieren regenerar el partido y recuperar el apoyo perdido!.

      Las Elecciones  Generales en Villaverde del Río

Cuadro comparativo de resultados en votos de 2008 y 2011

Como puede observarse, los resultados electorales en Villaverde han reflejado tendencias similares al resto del estado. El PSOE baja 417 votos mientras que PP avanza moderadamente para las expectativas que tenía, e Izquierda Unida también sube 192 votos. Aún así, los datos absolutos en Villaverde indican que el voto socialista mantiene gran parte de su fuerza, siendo la opción más votada con 2. 175 votos. Esto se ha producido en muchas poblaciones de Sevilla, donde podemos apreciar que cierto sector de la base socialista se ha movilizado frente al avance y la más que posible victoria del Partido Popular. Algo que también está en consonancia con lo ocurrido en toda la provincia de Sevilla, que junto a la provincia de Barcelona son las únicas donde el PSOE obtiene más votos que el PP, a pesar de la merma de apoyo electoral que se produce en ambas provincias. No hay que olvidar que junto a la derrota y el batacazo electoral socialista, aún obtiene un apoyo de casi siete millones de votos.

2011

Escrutado 100,00 %
Participación 81,07 %
Abstención 18,93 %
En blanco 0,53 %
Nulo 0,72 %
Partido % Votos
   PSOE 46.98 2.175
   PP 36.46 1.688
   IULV-CA 13.32 617
   UPYD 2.03 94
   PA 0.21 10
   EQUO 0.15 7
   EB 0.08 4
   PCPE 0.06 3
   ANTICAPITALISTAS 0.04 2

2008

Escrutado 100,00 %
Votos contabilizados 4.448 81,90 %
Abstenciones 983 18,10 %
Votos en blanco 24 0,54 %
Votos nulos 18 0,40 %
Partido Votos
PSOE 2.592 58,51 %
PP 1.328 29,98 %
IULV-CA 425 9,59 %
UPyD 37 0,84 %
CA 14 0,32 %
VERDES 4 0,09 %
PH 1 0,02 %
PACMA 1 0,02 %
SAIn 1 0,02 %
PFyV 1 0,02 %
DN 1 0,02 %
PUMJ 1 0,02 %