abril 2010


Santiago Jiménez Torres, coordinador local de Izquierda Unida de Villaverde del Río, participará como ponente el próximo día 3 de Mayo en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Sevilla.

La ponencia versará sobre «Marx, Engels, El Manifiesto Comunista y las primeras insurrecciones proletarias» temas que todo aquel que concurra a la cita podrá comprobar que, para pesar de muchos, no solo no han quedado desfasados, sino que a tenor de los últimos acontecimientos políticos, sociales y económicos, adquieren una actualidad palpable y tangible.

Por ello es importante que las nuevas generaciones de jóvenes estudiantes, que en un futuro muy cercano se convertirán en trabajadores, conozcan de primera mano la naturaleza del capital y su contrario, el socialismo, como vía inevitable hacia el comunismo, además de adquirir de manera muy amena los conocimientos básicos de la dialéctica, el materialismo y demás nociones del marxismo.

Para todo aquel que esté interesado puede echar un vistazo al cartel que se ha colocado por las facultades de Sevilla y que aquí en esta página trasladamos.

Desde hace algunas fechas escuchamos y leemos en los diversos medios de difusión noticias en relación al “caso Garzón”, unas a favor, de apoyo a la independencia judicial y en contra de la suspensión a la que ha sido sometido por el aparato del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y otras en las que poco menos se le criminaliza y endemoniza por sus investigaciones sobre el caso Gürtel y los crímenes del franquismo.

Como es obvio, toda la prensa de derechas del Estado responde a esta última posición, sacando de la caverna mediática española toda la rancia caspa ultraconservadora que puede  al asunto, para así movilizar y guiar la opinión de sus partidarios en defensa de sus intereses. Por un lado, acusan a Garzón de utilizar métodos incorrectos en el seguimiento del caso Gürtel. Estos métodos, argumenta la señora Esperanza Aguirre, presidenta del gobierno de Madrid, no son otros que las escuchas telefónicas, y como estas sólo están autorizadas en caso de terrorismo, el procedimiento es ilegal. Como siempre sucede, las leyes son utilizadas según les convenga y a quién tengan en el banquillo de los acusados.

Como es un caso de corrupción en el que están involucrados altos cargos políticos del PP, además de “gente de alcurnia”, pues hoy utilizo la ley para echar tierra sobre el asunto, que la trama pase desapercibida y la investigación no llegue hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, bajo la acusación de terrorismo sí vamos a intervenir las líneas telefónicas, y como la definición de terrorismo es tan amplia pues me escudo en ella para cerrar periódicos, detener e incomunicar a ciudadanos que me parezcan sospechosos o me molesten, o simplemente no opinen igual que yo.

Por otro lado, también han silenciado el otro frente abierto por el juez Baltasar Garzón, y que no es otro que juzgar e investigar los crímenes del franquismo. Son más de 100.000 los casos de desapariciones de las que aún no se tienen noticias. Son más de 100.000 los falsos juicios sumarísimos que se llevaron a cabo. Y son más de 100.000 compañeros y compañeras que aún sufren el escarnio de la muerte anónima, de los enterramientos olvidados y de las fosas del silencio. Pero esto no lo podemos tocar, está prohibido. Ya seas campesino, obrero, abogado o juez, no importa, no puedes remover el pasado, saldrían a la luz nombres que no se deben saber.

Mientras tanto, el sector de la prensa socialdemócrata, la progresista, como a ellos les gusta proclamarse, finge una autoimpuesta ingenuidad y apela a la libertad e independencia judicial.

¿De qué independencia hablamos?. ¿Quiénes son los jueces, de dónde vienen?. Como en todos los órdenes de la vida, el ser social adopta la ideología reinante en su ámbito económico, un orden de siglos y basado en el poder económico de una minoría que se apropia de la plusvalía generada por la inmensa mayoría de la población. Esto lleva a ésta casta de agraciados con este “don divino” a elaborar toda una red de normas (las leyes) para precisamente perpetuarse en el poder, ellos y los de su clase, y traspasar su poder de generación en generación, y evitar “por medios legales” que suceda nada que pueda revertir la situación. Y esto que escribo viene a colación porque a día de hoy, el aparato judicial del Estado Español aún no ha sido depurado. Siguen los mismos de siempre, sus hijos o los de su clase, y como es hasta cierto punto lógico, no van a permitir que nadie saque los pies del tiesto. ¿Cómo nos vamos a creer el discurso del político demócrata de turno reivindicando la independencia judicial en este contexto burgués? La independencia, y no sólo judicial, no puede existir mientras esta casta de derechistas y ultraderechistas que gobiernan en el CGPJ estén al frente de la justicia. Ellos están para otros menesteres, que no son otros que el velar por el sistema establecido de privilegios y riqueza para una minoría, y de obligaciones, prohibiciones y explotación de los trabajadores y colectivos desprotegidos.

Por ello, la socialdemocracia es cómplice de esta situación. Han sido muchos los años que el PSOE ha estado gobernando en estos más de 30 años de periodo democrático en el Estado Español, y sin embargo no ha intentado eliminar a este nido reaccionario que está instalado en la cúspide del sistema judicial, sino todo lo contrario, aún han reafirmado más el poder de esta camarilla, nombrando a reconocidos defensores de la derecha más recalcitrante, además de a algunos declarados franquistas, como miembros del CGPJ, por no hablar de esa infame ley de partidos que condena a miles de ciudadanos a no poder ejercer el derecho al voto libremente. Pero esto es normal desde que los socialdemócratas defienden a ultranza al capitalismo y la lógica del capital.

Por cierto, sabéis quién impulsó más que nadie esta ley de partidos, que puede ser utilizada cuando cualquier partido de izquierdas moleste más de la cuenta, pues el señor Baltasar Garzón, que se convirtió en el azote de la izquierda aberzale, confundiendo a todo simpatizante de este colectivo con los terroristas de ETA, cerrando periódicos que después de siete años siguen cerrados sin que se haya hallado ninguna prueba que justifique el cierre, facilitando las detenciones y represiones de trabajadores y estudiantes acusados de terrorismo por reivindicar mejoras sociales, económicas o educativas, etc.

Pero esta no es la cuestión. No se trata de elevar a la categoría de mártir al juez Baltasar Garzón. Esto es hacer más ruido que nueces. El sistema judicial tiene bien cogida por los cuernos  la situación. Investigar los crímenes de la dictadura, mover un solo grano de tierra de una fosa perdida en cualquier cuneta de la geografía del Estado es una quimera. Ya en 1979 quedó bien sellado el testamento de la vergüenza con la aceptación por TODOS los partidos de la ley de amnistía que igualaba a todas las víctimas del conflicto español, y equiparaba a los represaliados con sus verdugos, e impedía remover el pasado en pos de la convivencia, tolerabilidad, etc, etc.

No podemos vivir esperando una resolución judicial al respecto a menos que se vuelvan locos, cosa poco probable, o desaparezcan las leyes burguesas. De ahí la necesidad de depurar el sistema judicial y no sólo a los jueces. Sustituir un sistema judicial burgués, que protege los intereses de los poderosos por otro socialista, donde prime el interés de la humanidad por encima de unos cuantos y sus privilegios debe ser la tarea y el objetivo de todos los que creemos en la justicia, pero la justicia por y para los obreros y demás clases desfavorecidas..

Enrique Casas.

El pasado sábado 27 de Marzo, a las 19.00 horas, unos 200 trabajadores/as desempleados/as se congregaron en la Plaza del Ayuntamiento de donde partió la manifestación convocada por la asamblea de parados de Villaverde. Los participantes, hombres y mujeres de nuestro pueblo, provenientes de la construcción y ramas afines (metal, madera, etc) y del campo dieron imagen y voz a la difícil situación por la que atraviesan muchas familias trabajadoras.

El acto puede interpretarse como una protesta contra la política de empleo de la coalición PP-PSOE al frente del Ayuntamiento de Villaverde, basada en criterios y afinidades personales. Pero en concreto, lo que ha provocado el que muchos trabajadores hayan salido a la calle de forma organizada es la negativa del gobierno municipal a aceptar alguna de las alternativas que los parados les han presentado. Estas reivindicaciones se resumen en dos: la contratación de desempleados en las obras del nuevo Plan “E”, el Plan 5.000, y a pedir transparencia en las contrataciones del Ayuntamiento, con la creación de una Comisión Local de Empleo, donde participen los desempleados.

De hecho, muchas fueron las consignas coreadas por los manifestantes durante todo el trayecto que aludían a estas propuestas: “dinero del estado, para los parados”, “más contratos y menos tratos” “estamos defendiendo los puestos de trabajo”, “transparencia (igualdad), en las contrataciones”.

El cortejo fue ganando en intensidad y confianza, y a medida que se avanzaba en el recorrido más voces se unían a los cánticos que salían de la cabecera. Esta sensación de seguridad y  fuerza también se reflejó en las consignas que más se repitieron en el último tramo de la manifestación, “contra el paro, lucha obrera” y la más entusiasta “si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”.

El acto concluyó con la concentración final de los asistentes en la misma plaza donde se recalcaron de nuevo las cuestiones fundamentales que se piden en materia de empleo. El punto final lo pusieron un grupo de trabajadoras al grito de “si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”. Nada más ilustrativo sobre la disposición de los parados a continuar movilizándose exigiendo sus derechos.